Esta es la conclusión a la que se llega en un estudio de cohorte retrospectivo de los pacientes atendidos en un departamento de urgencias por sobredosis. Según esta investigación, los pacientes que sobreviven a una sobredosis de opioides tienen 100 veces más probabilidades de morir en un año por una sobredosis no intencional y 18 veces más probabilidades de morir por suicidio que los pacientes que visitan el departamento de emergencias por otras razones. El estudio también reveló que los pacientes que sobreviven a una sobredosis de fármacos sedantes o hipnóticos como barbitúricos o benzodiazepinas tienen casi 25 veces más probabilidades de morir por sobredosis involuntaria y nueve veces más probabilidades de morir por suicidio en un año en comparación con sus pares de la población general. Se señala la necesidad de establecer intervenciones preventivas que comiencen en el departamento de emergencias, así como realizar evaluaciones cuidadosas para detectar trastornos por uso de sustancias y riesgo de suicidio.